El aluminio será un aliado estratégico en el compromiso de eficiencia energética del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia

9 septiembre 2021
El “Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia” ya en marcha, elaborado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, supondrá un paso adelante en el proceso de restablecimiento de los efectos provocados por la COVID-19 y sitúa al mundo de la construcción como uno de los sectores estratégicos, gracias a su capacidad para generar entornos más saludables.
Este Plan persigue, entre sus objetivos, la reforma energética y la transición ecológica hacia la neutralidad climática a nivel europeo y contempla, como uno de sus pilares esenciales, diferentes inversiones —6.800 millones de euros en la rehabilitación de vivienda y regeneración urbana— encaminadas a mejorar la eficiencia energética de los edificios públicos y privados y al desarrollo de entornos de vida inteligentes, impulsando las ciudades saludables mediante la rehabilitación urbanística. 
Según la AEA -Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie, que representa a más de 600 empresas del sector-, el uso del aluminio en construcciones nuevas y rehabilitadas puede contribuir de manera definitiva a la renovación energética y a impulsar una nueva economía eficiente y sostenible.
En palabras de Jon de Olabarria, secretario general de la AEA, “en un contexto como el que estamos viviendo, en el que resulta prioritario asegurar la eficiencia de la renovación energética, desde el sector del aluminio creemos en la apuesta segura por un material que puede aportar grandes avances en este campo”.
Hacia una renovación de los edificios energéticamente deficientes
El Código Técnico de Edificación (CTE) aprobado en 2006, sitúa a las ventanas como factores de enorme importancia a la hora de lograr edificios energéticamente eficientes, a través de sus funciones principales: abrir vanos hacia el exterior, dejar entrar la luz, posibilitar la ventilación de una estancia, aislándola al mismo tiempo del exterior, y aprovechar la energía del exterior para calentar una vivienda u oficina. 
Actualmente, la cadena de valor de la ventana, que engloba a pequeñas y grandes empresas, resulta estratégica para el futuro sostenible de la industria de la construcción, tras la crisis provocada por la COVID-19. En este sentido, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a través del apoyo al mercado de sustitución de ventanas, tiene la capacidad de generar ahorros de energía a largo plazo, reduciendo las emisiones de CO2 y allanando el camino hacia la neutralidad climática. Al mismo tiempo, es una buena forma de impulsar la renovación de edificios y lograr los planes energéticos y climáticos en línea con los compromisos de la UE.
Según la Industria Europea de Ventanas, integrada por los principales representantes de este sector (European Aluminiun, Glass for Europe, EPPA, ARGE, ES-SO y Eurowindoor), conseguir la eficiencia energética de los edificios no depende únicamente de lograr un buen aislamiento, sino también de garantizar una evaluación adecuada del rendimiento energético de las ventanas, equilibrando las ganancias y las pérdidas de calor, para conseguir ahorrar tanto en calefacción como en refrigeración. De este modo, las ventanas de alto rendimiento, como elementos de la envolvente de los edificios, contribuyen directamente a la eficiencia energética de los mismos. 
En palabras de Bertrand Cazes, secretario general de Glass for Europe, “establecer medidas específicas en los Planes Nacionales de Recuperación para reemplazar ventanas ineficientes es un paso inteligente y fácil para hacer que los edificios de la UE sean más eficientes energéticamente y limitar las emisiones de C02”.
Las ventajas del aluminio en este proceso
En línea con lo anterior, European Aluminium, principal representante de la industria del aluminio en Europa, sugiere concentrar los esfuerzos por parte de los estados miembros en estimular la demanda de materiales como el aluminio, teniendo en cuenta que los productos realizados con este material son altamente reciclables sin perder sus propiedades durante este proceso. Incluso los recortes de los perfiles y la viruta de aluminio generada durante el montaje de las ventanas son enviados a centros de reciclaje para la producción de nueva materia prima (tocho de aluminio reciclado).
En este sentido, Armando Mateos, presidente de AEA añade: “incentivar el potencial de circularidad del aluminio será de gran ayuda para reducir la dependencia de Europa de las importaciones intensivas de carbono reduciendo, asimismo, las emisiones”. 
Según la AEA, la tasa de recuperación de productos de aluminio en el sector de la construcción es por defecto el 95%, lo cual va en consonancia con los principios del Pacto Verde Europeo, en virtud del cual, la UE se ha comprometido a conseguir la neutralidad climática de aquí a 2050. Por todo ello, el aluminio debe ser un aliado estratégico en la puesta en práctica del Plan para el que ya comienzan a llegar los fondos europeos, con el que se tratará de igualar a Europa en la eficiencia y sostenibilidad de sus construcciones.
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